miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cuando te vas...

Por las mañanas amanezco sola, bueno, no tan sola: mi pequeño amigo de cuatro patas me acompaña. Pero él no eres tú.
Hoy es distinto. Un extraño y poco agradable acontecimiento me trajo a tu casa. A pasar la noche contigo. Antes de que perdamos el conocimiento te pido me abraces, tu calor me hace sonreír. Entre el vaivén de tu respiración, profunda y pausada, dejo que mi mente divague hasta que llego a un sueño en el que estás tú, esperandome, como si hubieras estado divagando igual que yo.
Sé que es un sueño, pero aun así no pierdo la oportunidad de besarte y decirte lo mucho que te amo. De susurrarte al oído que todo en ti me atrae y me hace feliz, tu sonrisa, tus desacomodados pero tiernos cabellos negros, tus pequeños y profundos ojos, como si pudieras ver dentro de mi alma, esa voz gruesa y sobre todo, esa forma de decir mi nombre (exceptuando cuando lo dices molesto).
Poco a poco los bordes comienzan a hacerse borrosos y tu figura se vuelve difusa. ¿Dónde estás? Conforme abro los ojos te veo junto a mi, en una cama que gracias a su estreches me permite sentirte a mi lado. Me acerco y te rodeo con mi brazo, te digo 'te amo' y trato de volver a mi sueño, nuestro sueño.
Honestamente no recuerdo el último sueño, supongo no era muy profundo, por eso te escuche, desperte y tú ya estabas levantado, arreglado y a punto de irte. Pero algo te faltaba, los lentes que necesitas pero que no siempre usas. Ves que desperté y te acercas para arroparme y besarme. Me pregunto si aunque tuvieras tus lentes habrías subido a despedirte. No importa, el hecho es que estás aquí. Te tomo de la mano, no quiero que te alejes, sé que es por poco tiempo, pero aun así me gustaría te acostaras a mi lado y me abrazaras. Te despides con un 'en un rato vuelvo' y me dices 'te amo' mientras cruzas la puerta.
Apenas te vas mi pequeño cuadrúpedo comienza a andar de aquí a allá, me recuerda a los guardias cuando van de un lado al otro vigilando nadie se acerque. Estiro la mano, tomo el telefono y comienzo a escribir porque me lo pediste hace dos días, pero más que escribir, comienzo a extrañarte, como siempre que te vas...

No hay comentarios:

Publicar un comentario