miércoles, 29 de julio de 2015

Uber vs Taxis

Si bien es cierto que la libre competencia no es algo que realmente exista en México y en muchas partes del mundo, es algo que debería de existir porque además de que haría crecer a la empresa como marca, le brindaría a los consumidores la oportunidad de tener de dónde elegir y exigir que los artículos o servicios sean de calidad y que cumplan con lo que prometen.
Me gustaría decir que es culpa de los empresarios, pero en realidad la culpa es de todos nosotros por no exigirlo y conformarnos con lo que nos dan las empresas “lideres” en el mercado, como si nos estuvieran haciendo un favor, cuando en realidad les estamos pagando por dicho servicio u objeto. Actualmente hay un muy claro ejemplo: Uber vs taxistas.
Dentro de dicha problemática han pasado muchas cosas, la última fue el atentado (porque sí es un atentado) a unidades de Uber y sus conductores, por vándalos en las cercanías del Aeropuerto Internacional. Mientras los taxistas se echan la bolita alegando que fueron los vecinos, que ellos no tienen para nada la culpa, los daños siguen sin ser pagados. Este tipo de acciones y la falta de eficacia por parte de las autoridades no son de extrañarnos en un país donde “nunca pasa nada”.
Yo nunca he usado Uber, y sin embargo apoyo que existan, porque aunque los taxistas digan que son ilegales, muchos de ellos han actuado como verdaderos criminales. Los taxis van a seguir estando vigentes, pero debemos tomar en cuenta que si te ofrecen un servicio en el que los costos van a la alza, los beneficios a la baja, el cuidados de las unidades es pésimo y la actitud de varios de los conductores peor tantito, no era de extrañarse que apenas se pudiera la gente buscara otra opción.
Si los taxistas que han armado sus desastres fueran civilizados y competentes, la presencia de Uber los obligaría a mejorar el servicio que ofrecen, a mejorar las unidades y a buscar actuar con eficiencia. Pero como estamos en México, sólo ha funcionado para que haya más problemas que soluciones. Si realizáramos una encuesta a los usuarios de transportes individuales después de usar ambos sistemas, lo más seguro es que Uber ganaría por las características que tiene.
Lo único que queda es esperar que las autoridades hagan su trabajo y también que se le dé el lugar correspondiente a cada servicio. No es posible que sí se permita que circulen como si nada verdaderos taxis ilegales de los que no existe ningún registro y además estén coludidos con bandas delictivas, y que los servicios que tienen una estructura y servicio notoriamente mejores, tengan que padecer y hacer padecer a sus usuarios por que los “legales” no quieren que haya alguien mejor que ellos.

viernes, 3 de julio de 2015

Niñez de antes


Cuando platico con mis amigos y sale al tema alguna caricatura de las que veíamos en nuestra niñez, nunca falta la frase tuvimos una muy buena infancia, eso me pone a pensar en lo que le estamos ofreciendo a la infancia que está ahora. Los niños no han dejado de jugar en los parques porque algún gen maligno los ha privado de ese deseo, sino porque los adultos, sus padres, no se lo permiten, no se lo enseñan y prefieren que se entretenga de otro modo que les permita seguir ocupados en sus asuntos y no tener que dedicarles tiempo.
Muchas veces los padres piensan que dar lo mejor a sus hijos es darles el mejor teléfono celular, inscribirlos a la escuela más cara, darles la mejor lap top y que nunca les falte el internet. Pero por preocuparse tanto en ello se han olvidado de lo que realmente es importante y fundamental en la vida de un niño: el trato humano.
Un niño necesita de la atención de sus padres para tener confianza, para saber que puede contar con ellos y que estarán ahí en caso de necesitarlos. No hay que confundir dedicarles tiempo con sobreprotegerlos o estar como muéganos sobre el pobre niño, sino escucharlo cuando lo necesite y guiarlo para que comprenda lo que es importante y por lo que vale la pena luchar.
Cuando yo era niña, era común ver familias jugando en los parques, ahora lo es verlos caminando en las plazas comerciales. Yo jugaba con trompos, los famosos tazos, a las atrapadas y los encantados, ahora los niños tienen teléfonos celulares desde muy corta edad, demasiado como para siquiera saber lo que implica el poder descargar cientos de aplicaciones en un instante, juegan puros videojuegos en el celular. Cuando algo no iba bien en la escuela, los profesores ponían límites y enseñaban sólo lo del programa porque educados, ya estábamos desde casa; ahora los padres esperan que los profesores sean quienes eduquen a sus hijos.
Antes era muy difícil que un niño no hubiera cumplido con las tareas, porque los padres estaban al pendiente; ahora si un niño sale mal en la escuela los padres van y le echan la culpa al profesor, cuando ellos tienen una muy buena parte de la responsabilidad. Sin importar si se era niño, joven o adulto, respetaban a las personas mayores; ahora poco les importa y los casos en que personas de la tercera edad o con alguna discapacidad son víctimas de abuso por parte de los jóvenes e incluso niños, desgraciadamente han incrementado.
Antes se adoraba a los padres y se les respetaba por todo lo que hacían por nosotros, ahora los ven como banco y sirvienta a su entera disposición. ¿De quién es la culpa? Creo que la respuesta es muy clara. En el querer ser padres modernos al día con los avances tecnológicos se han olvidado de lo que los formó como personas. De nada sirve que le den todo en bandeja de plata a un niño que lo único que va a aprender es que lo tendrá todo en el momento en que lo pida, en lugar de buscar ganárselo por sus propios méritos.
La falta de guía por el poco interés de los padres es lo que genera niños que dañan a otros niños o que buscan pasar sobre los demás para conseguir lo que quieren. Mantenerlos enajenados en la TV, los celulares y computadoras es ahora una práctica habitual entre los padres. No digo que no se les puedan dar estas cosas, sino que debe de ser de forma consiente, explicándole al menor para qué y cuándo es apropiado usarlos, poniéndoles límites para que tengan actividades propias de un niño y se desarrollen como tales.
La infancia de muchos de nosotros es algo que recordamos con cariño y extrañamos los juegos de antes, las cosas que se han ido perdiendo por el boom tecnológico y el excesivo interés en ello. Por fortuna aún hay quienes están conscientes de esto y buscan que sus hijos tengan lo mejor de ambos mundos, dando prioridad a lo que hace de un niño un niño.

miércoles, 1 de julio de 2015

Landon, 2ª parte

Seguramente alguno se habrá preguntado: ¿por qué el nombre Landon? Bueno, pues fue una larga búsqueda. No quería ponerle cualquier nombre, no quería que tuviera un nombre como Pancho o Lucky (del que ya he escuchado varios). Primero pensé en ponerle el nombre de alguno de mis personajes favoritos, pero ninguno acababa de convencerme, así que pensé en ponerle el nombre de algo que tuviera que ver con lo que hago y quiero hacer el resto de mi vida: la fotografía.
Las opciones no eran tan originales como me habría gustado, aunque todas tenían una razón de estar en mi lista. Finalmente todo se resolvió cuando estaba viendo una película que tiene mucha historia para mi, tal vez algunos de ustedes ya la han visto, aunque no mencionaré el nombre. Quienes me conocen lo saben.
Uno de los personajes que aparece se llama Landon, y él mismo se describe como una persona que estaba perdida hasta que se encontró con la mujer de la que se enamoraría y a quien posteriormente perdería por una enfermedad. Mi salud no es lo que yo quisiera y últimamente había estado bastante mal. Pero el encontrarlo me hizo ver las cosas diferentes.
Muchas personas me han dicho que no lo encontré, sino que él me encontró y que tal vez yo lo necesitaba más de lo que él me necesitaba a mi. Por todo lo que ha pasado… creo que tienen razón. Su nombre significa: fuerte en la adversidad, creo que no pude haber encontrado un nombre que le quedara mejor.
Aunque es muy desastroso, me hace feliz, me acompaña cuando lo necesito y siempre está de humor para recibirme y estar conmigo cuando no tengo humor para estar con nadie más. O como cuando hace diabluras que deberían hacerme enojar pero en lugar de eso, al ver su carita de pena, da más risa que nada.
No es increíble lo que algunos seres nos hacen sentir, como nos dan su cariño de forma incondicional y sobre todo, la honestidad que hay en ellos, en su mirada y actos. Nunca pensé que tendría una mascota así de nuevo, más después de Blacky (aunque esa es otra historia).
Bueno, creo que comienzo a desviarme del tema, pero así fue como decidí llamarlo Landon, porque contra todo pronostico sobrevivió al abandono siendo apenas un recién nacido y llegó a ayudarme cuando tampoco estaba nada bien, cuando más sola me sentía.

Ambos nos encontramos, y agradezco allá sido así.