sábado, 23 de febrero de 2013

Bestia involuntaria...

Dentro de cada ser hay una bestia, un ser casi mitológico que desgarra la piel, la carcome y atemoriza a quienes estén cerca. Ver el cambio en tus ojos, en la forma de hablar, el tono de tu voz...
Un recuerdo llega a mi mente. Gritos, sombras, miedo. Por un instante, sólo por un instante eres él, quien me asusta y me hace sentir como un blanco de tiro, indefensa, sin tener a donde correr, mas que hacia mi misma, y me encojo. Esperando que todo pase sin dañarme...o al menos no mucho.
Y así como todo inicio, terminó. Vuelves en ti, Mr. Hyde se ha ido y vuelve la mirada que muestra compasión al ver mi temor. Estira los brazos, pero aunque mi mente dice que no pasa nada, que esta bien, mi cuerpo reacciona y se aleja. De la compasión pasa a la tristeza y el dolor sube hasta sus ojos, sabe lo que ha hecho.
Cuando logro convencer a mi cuerpo de que ha pasado, permito que se acerque y el cálido tacto me rodea, mientras su voz pide disculpas. "Soy una bestia", "involuntariamente" pienso yo, pero no lo suficiente como para que me aleje, se que no quiere que tenga miedo, que me sienta así, sólo se que quien quiere puede, y que su deseo de protegerme, incluso de él mismo sera mayor que sus impulsos.